Lele & Juan | Finca Marqués de Montemolar
Cuando Leticia contactó conmigo por primera vez, supe que terminaría haciendo su boda. Los dos son de esas personas que tienen algo especial, un nivel de humanidad y empatía que van más allá de lo normal. En la primera conversación con Leticia hablamos de Nepal, de como veía su boda y de cómo huía de lo convencional y superficial.
A Juan lo conocí en la preboda y pensé, joder son tal para cual. Tenían una complicidad genial y se complementaban a la perfección. Como con la certeza de que juntos podían con todo, no en el sentido de un cuento de hadas, sino en el sentido más realista de la frase. Cuando terminamos la preboda se confirmaron todas las expectativas que tenía sobre esta pareja, efectivamente eran especiales. Ella venía de una familia judía de Bélgica, él llegaba desde Argentina, pero estaban destinados a encontrarse.
El día de la boda todo fue ocurriendo, con un guión que dejaba mucha libertad a todos los que participaban del día, todos iban sacando lo que sentían, en una ceremonia que mezclaba creencias judías y cristianas y se respetaba incluso a los que no tenían una creencia.
Entre llantos y risas, entre saltos y bailes y entre creencias dispares, de principio a fin este día fue una pasada.
Gracias Leticia y Juan por permitirme contar vuestra historia.